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Vinieron con la idea de que, desembarazado este pueblo de la balumba de su realeza caduca y estéril, podrían ellas cultivar y extender aquí libremente las nobles artes que cada una preside y enseña. ¡Ay!... yo les digo que es muy pronto para que las Nueve ejerzamos por acá, en combinada maestría, nuestras funciones. Ya llegará la ocasión. Ello será cuando estos caballeros, todavía un poco inocentes, den el segundo golpe... más seguro será cuando den el tercero».


XVI

Las ninfas o sílfides, dudosamente revestidas de carne mortal, así como las sacras figuras majestuosas, hallábanse sentadas en el césped formando grupos sin clases ni jerarquías, y se regalaban con manjares de sutil delicadeza y aroma. La charla graciosa esparcía de grupo en grupo un franco y dulce contento. Tuvo la Madre el acierto, que le agradecí mucho, de no presentarme a sus hermanas, ante las cuales el pobre Tito turbado y confuso no habría sabido qué decir. Con Mariclío había adquirido yo cierta confianza, pero las otras me anonadaban con el resplandor de su presencia. Busqué con mis ojos a Floriana, y la vi junto a una que me pareció Polimnia, maestra de la Oratoria y la Pantomima. Poco después creí verla con Urania, soberana de los astrónomos. Y si no estoy