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En los asuntos divinos es otra cosa. La imagen de Jesu-Christo, como que es Persona Divina, es preciso que tenga una belleza ideál suma; y aun quando se le represente afeado con las ignominias y tormentos que padeció, siempre han de manifestar sus formas aquella elegancia y aquella perfeccion convenientes á un cuerpo, depósito de una Alma bienaventurada, en quien residia toda la Divinidad. No hablo de la expresion sublime que debe tener, porque ésta siempre se ha de percibir aun en el estado de su mayor abatimiento, como se ve en el quadro de la calle de la Amargura, de Rafaél.

La imagen de Maria Santísima ha de tener tambien una belleza ideál, superior á la humana, aun quando se la represente en vida mortal, pues de algun modo se ha de conocer y distinguir la que fue elegida por Dios para Madre de Jesu-Christo. Las figuras de los Angeles, como que representan Espíritus Celestiales, deben ser tambien de belleza ideál: lo mismo la del anciano que simboliza al Padre Eterno, y las de los Santos, ya jóvenes ó ya ancianos, que se representan gloriosos.

Pag. 11. Testigo el Crucifixo portentoso.
IV. Célebre imagen de Jesu-Christo crucificado de Don Diego Velazquez, que está en la Sacristia de las
Mon-