Del cuerpo humano, como á las facciones;
Mas á algunos tambien dió tal belleza,
Que no se imitarán sus perfecciones,
Sinó con el estudio mas prolixo.
De mi Musa la débil harmonía
Mal cantará las reglas esenciales
Que diƈtaron Maestros principales:
Y así la voz dirijo
(Pues que mi Numen tanto desconfia)
A tí, immortal Ticiano,
Hechizo de la vista,
El mas fiel, mas sublíme colorista.
Antes que todas enseñó tu mano
De la Pintura la ideal Belleza,
La harmonía de todos los colores,
Y el arte soberano
De dar la misma gracia, y aun viveza
De la luz á los bellos resplandores,
Que aún á la sombra, siempre demostrando
De cada tinta la naturaleza:
¿Quién, como tú, ha sabido
Trasladar á una tabla exâƈtamente,
Dulces y leves sombras acopiando,
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La