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Las hijas de Pandáreo son arrebatadas por las Harpías


CANTO XX
LO QUE PRECEDIÓ Á LA MATANZA DE LOS PRETENDIENTES


1 Acostóse á su vez el divinal Ulises en el vestíbulo de la casa: tendió la piel cruda de un buey, echó encima otras muchas pieles de ovejas sacrificadas por los aqueos y, tan pronto como yació, cobijóle Eurínome con un manto. Mientras Ulises estaba echado y en vela y discurría males contra los pretendientes, salieron del palacio, riendo y bromeando unas con otras, las mujeres que con ellos solían juntarse. El héroe sintió conmovérsele el ánimo en el pecho, y revolvió muchas cosas en su mente y en su espíritu, pues se hallaba indeciso entre echarse sobre las criadas y matarlas ó dejar que por la última y postrera vez se uniesen con los orgullosos pretendientes; y en tanto el corazón desde dentro le ladraba. Como la perra que anda alrededor de sus tiernos cachorrillos, ladra y desea acometer cuando ve á un hombre á quien no conoce; así, al presenciar con indignación aquellas malas acciones, ladraba interiormente el corazón de Ulises. Y éste, dándose de golpes en el pecho, reprendiólo con semejantes palabras: