Pues en su ebúrneo carro, con las horas,
Se adelanta la noche cautelosa.
Esparta al fin alcanzan los mancebos.
Por medio de sus calles silencíosas
Y entre sus edificios, esparcidos
En tan vasto recinto, el gran palacio
Consiguen descubrir de Menelao.
En medio de sus deudos le encontraron
Y los que sus fatigas compartieron,
De un hijo y una hija celebrando
La duplicada union. En Troya fuera
Donde el hijo de Aquiles, de la hija
Comprometió la fe, y ora cumplia
Aquesta ley de honor. Pomposa escolta
De servidores, carros y caballos
A conducirla van á las comarcas
Donde el esposo impera. En cuanto al hijo,
El mozo Magapentes, en Esparta
Halló en la hija de Alector una esposa
Digna de tal merced; pues que es él mismo
Vástago de una esclava, innoble fruto
De pasagero amor, reo y vedado,
Ya que Helena, al dar vida á Hermione bella,
Vió retirarla los potentes Dioses
La siempre ansiada facultad materna.
Este doble connubio celebrando,
Del rey deudos y amigos se juntaron.
Rebosaban los pechos de alegría;