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Ya de hoy mas regresar á nuestra patria?
Me anuncia Circe nuevas aventuras;
Es fuerza que bajemos al imperio
De Proserpina y de Pluton severo
Para inquirir la sombra de Tiresias.
Sus corazones tiemblan al oïrme;
Por el suelo se arrastran, y llorando,
Se arrancan los cabellos. ¡Vano esceso
De un dolor que se encuentra sin consuelo!
Silenciosos, partimos sollozando
Y muy pronto á la playa hemos llegado.
Nos procedió la Diosa, y en la nave
Una becerra puso y una chiva
Negra toda, y ya ver no nos fue dado
Su misterioso y divinal trabajo.
¡Oh cuáles son los ojos que alcanzaran
Describir la deidad, cuando ella intenta
Ocultarse del hombre a las miradas!


CANTO UNDÉCIMO.

LAS SOMBRAS.


A merced de las olas nuestra nave
Iba flotando, erguido el mastelero,
Las velas desplegadas, y embarcados
La chiva y el becerro. El alma rota
Y los ojos en llanto sumergidos,