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XII

para el interes. Homero es gran pintor, historiador escrupuloso, filósofo sabio, moralista profundo, poeta flúido y algunas veces romántico; y por tener tal vez en tan alto grado tan graves calidades, es que descuida las ternezas del corazon y que desdeña la regularidad de la composicion que nos hace leer con mas gusto á Virgilio, al Taso y á Milton.

Tampoco es justo echar en olvido que estas obras no han podido salir de la imaginacion de su autor cuales las tenemos hoy dia nosotros. ¡Cuántos trámites les ha tocado traspasar! En efecto: Homero, que en ellas no descuida ninguno de los conocimientos humanos de su tiempo, ni una palabra dice del que mas le interesaba: del arte de escribir. Hesíodo tampoco habla de él. La historia nos dice que en tiempo de Solon, esto es, cuatro siglos despues de Homero, este arte habia andado tan despacio que, para publicar sus leyes en Atenas, aquel sabio las hizo grabar sobre piedra, en la forma entonces llamada buserophedon, primeros signos de la infancia del arte. Josefo, historiador judío, dice que las letras llegaron á Grecia muy tarde, y que las obras de Homero no fueron allí conocidas anteriormente sino por los Homéridas y los Rhapsodes que las cantaban, alterándolas cada uno segun se las sugeria la memoria. Lo que se deduce de los testimonios de Plutarco y de Heráclito del Ponto, historiador que vivía en el siglo tercero antes de J. C., prueba que el arte de escribir solo puede contarse desde mitad del siglo sexto de la misma era, despues que se recibieron de Egipto los Papyrus; supuesto que los Diptheros, pieles de cabra ó de oveja toscamente preparadas, eran insuficientes para tarea tan dificil y prolija.

Los poemas de Homero no pudieron, pues, escribirse en su aparicion. La memoria los transmitia á retazos, del mismo modo que la fama, Kleos oion, transmitia el recuerdo de los grandes sucesos. Por esto se ven en ellos á menudo las sublimes invocaciones á las Musas, hijas de Memoria y entonces solas depositarias del pensamiento. Largo tiempo despues, hasta las leyes mismas se cantaban, como, segun Aristóteles, lo prueba la palabra nomos. Homero mismo habla de los Aœdes, corporacion de cantores depositaria de los conocimientos de su siglo y de las