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Inmóvil largo tiempo Ulises mira
Tantos prodigios raros; mas al cabo
Sacude el pasmo y los umbrales pasa.
Los gefes de los Facios reunidos
Mira, á Mercurio haciendo libaciones,
Que aquesta es siempre la Deidad que invocan
Cuando á entregarse al sueño se disponen.
Entre ellos, y en la nube cobijado
Que la Diosa formó para ocaltarle,
Pasa Ulises, llegando hasta los sitios
Donde Alcinó y la reina estan sentados
A los pies de Aretea se arrodilla
Y, súbito, la nube se evapora.
A su aspecto la gente muda queda
Y, atónita, le mira con sorpresa
«¡Virtuosa Aretea! esclama al punto;
¡De Renenor divino oh hija bella!
A tí me postro; tu consorte invoco
Y á todos piedad pido. ¡Vierta el cielo
Sobre vosotros su merced divina!
¡Pueda legar cada uno á su alta prole
Sus bienes y honras cual se los dió el pueblo!
¡Oh dadme, dadme á ni la patria mia!
¡Ay que pasaron ya incontables dias
Desde que el pecho mio está privado
De cuanto solo puede hacer mi dicha,
Pues que á penar no mas sirvió mi vida! »
Apenas acabado este lamento
Junto al hogar se sienta en las cenizas.[1]
A tal vista estan todos en silencio;
Mas al fin, Echeneo, el mas antiguo,
Mas elocuente y sabio de los Facios,
Prorumpe de esta suerte: «Alcinó ¿es dable?

  1. Pope en su traduccion dice: humbled in the ashes took hers place, y añade por nota que los Suplices acostumbraban sentarse en las cenizas para atraerse el favor de Vesta que era la protectora de los hogares.