Página:La Isla del Tesoro - Caballero 1901.djvu/69

Esta página ha sido corregida
60
LA ISLA DEL TESORO

que le mandáramos dar una buena tajada de pastel frío para que cene.

—Como Vd. quiera, Livesey, dijo el Caballero, Hawkins se ha hecho acreedor á algo mucho mejor que un pastel frío.

Dicho esto, me trajeron y colocaron en una mesita lateral un grande y apetitoso pastel de pichón, con el cual me despaché concienzudamente y muy á mi sabor, porque la verdad es que tenía yo tanta hambre como un halcón. En el interín, el Sr. Dance recibía nuevos cumplidos, tomaba su cerveza y concluía, al fin, por despedirse.

—Y ahora Caballero, dijo el Doctor...

—Y ahora, Livesey, exclamó el Caballero en el mismo tono.

Cada cosa á su tiempo, como lo reza un adagio, dijo el Doctor riendo; ¿Vd. ha oído hablar de ese Flint, á lo que creo?

—¡Oído hablar de él! exclamó el Caballero, oído hablar de él! Pues si ha sido el más sanguinario filibustero que jamás ha cruzado el océano. Barba-roja era un niño de pecho junto á él. Los españoles le tenían un miedo tan horrible que, debo decirlo con franqueza, me sentía yo orgulloso de que Flint fuese un inglés. Yo he visto, con mis propios ojos, las gavias de su navío, á la altura de la Trinidad, y el gallinazo hijo de borrachín con quien yo me había embarcado, hizo proa atrás, refugiándose á toda prisa en Puerto-España.

—Está bien, dijo el Doctor, también yo he oído hablar de él en Inglaterra; pero la cuestión es esta, ¿tenía dinero?

—¡Dinero! exclamó el Caballero Trelawney, ¡ha oído