Página:La Isla del Tesoro - Caballero 1901.djvu/299

Esta página ha sido corregida
284
LA ISLA DEL TESORO

bre, muy bonita! Se diría que era de un maestro de escuela! ¡Si hasta parece hecho con letras de molde! ¿Fuiste tú quien escribió ésto, Jorge? Pues hombre, te felicito, porque, la verdad, se ve que ya te vas haciendo un personaje notable entre estos buenos chicos. ¿Qué apostamos á que tú vas á ser mi sucesor, nombrado Capitán con todos tus honores? Pero, entre tanto, ¿no me haces el favor de pasarme ese hachón? Esta pipa no arde bien.

—Basta una vez más, dijo Jorge. Se acabó el tiempo en que enredaba Vd. con su charla á esta tripulación. Vd. se tiene por muy gracioso, á lo que entendemos; pero, por ahora, ya no es Vd. nadie, con lo cual haría Vd. muy bien en bajarse de ese barril y ayudarnos á votar á otro jefe.

—Me pareció haberte oído decir que conocías nuestro reglamento, dijo Silver desdeñosamente. Pero si no es así, yo sí lo conozco. Digo, en consecuencia, que no me muevo de aquí, y añado que soy todavía el Capitán de la banda,—fijarse bien en esto—hasta que Vds. hayan desembuchado, una por una, todas sus quejas y yo haya contestado á ellas. Mientras tanto, su disco negro no vale un ardite. Después de cumplir con ese requisito, ¡ya veremos!

—¡Oh! pues en cuanto á eso no hay inconveniente en darle á Vd. gusto. Aquí todos somos llanos y parejos y no nos mordemos la lengua. He aquí nuestras razones: Primera: Vd. ha convertido esta expedición en un mero jigote; supongo que no tendrá Vd. el descaro de negarlo. Segunda: Vd. ha dejado escapar al enemigo, de esta ratonera, sin provecho alguno... ¿por qué querían ellos salirse? yo no lo sé, pero lo que es evidente es que salir querían. Tercera: Vd. no nos ha permitido atacarlos