Página:La Isla del Tesoro - Caballero 1901.djvu/120

Esta página ha sido corregida
109
LO QUE OÍ DESDE EL BARRIL

conocí al punto por la del timonel Israel Hands. Este Dick no tiene un pelo de tonto. Pero vamos allá, prosiguió; lo que yo quiero saber es esto, Barbacoa; ¿tanto tiempo nos vamos todavía á quedar afuera en esta especie de maldito bote vivandero? Yo digo que ya tengo bastante de Capitán Smollet, con mil diablos; ya bastante me ha aburrido, y ya quiero poder instalarme en su cámara; ya quiero sus pickles, ya quiero sus vinos, ya quiero todo eso.

—Israel, le replicó Silver, tú has tenido ahora y siempre cabeza de chorlito. Pero creo que te podrá entrar la razón, ¿no es esto? Abre, pues, las orejas, que bien grandes las tienes para oirme lo que te voy á decir ahora mismo: seguirás durmiendo á proa, y seguirás pasándola penosamente y seguirás hablando con suavidad, y seguirás bebiendo con la mayor mesura hasta que yo dé la voz, y entre tanto te conformarás con lo que te digo.

—Está bien, yo no digo que no, gruñó el timonel. Lo único que yo digo es esto: ¿cuándo? ¡Eso es todo!

—¿Cuándo? ¡mil tempestades!, exclamó Silver. Con que cuándo, ¿eh? Pues mira, puesto que lo quieres, voy á decirte cuando. Hasta el último momento que me sea posible: ¡entonces! aquí traemos á un excelente marino, á este Capitán Smollet, que viene dirigiendo en provecho nuestro el bendito buque. Aquí traemos igualmente á ese Caballero y á ese Doctor con su mapa y demás cosas que nos interesan y que ni yo ni Vds. sabemos en dónde diablos las guardan. Enhorabuena; entonces tenemos que aguardar que este Caballero y este Doctor encuentren la hucha y nos ayuden hasta á ponerla á bordo del buque, con cien mil diantres. Entonces veremos. Si yo estu-