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Neron dejase escuchar lo ántes posible su voz celestial, caelestem vocem, como dice Suetonio.

Engreido quizás con su victoria, plugole al augusto artista hacerse un tanto de rogar, y así, no de muy buena manera, y como quien puede y no quiere, contestó que tal vez en alguna ocasion cantaria una cavatina en los jardines privados de palacio.

Pero esto no podia satisfacer en modo alguno los vehementes deseos del pueblo romano; asi es que todos de consuno, patricios, plebeyos y soldados, suplicaron con lágrimas en los ojos, ó poco ménos, al celestial cantante, que se presentára en público, á fin de que las clases todas de la sociedad pudieran gozar igualmente de los encantos artisticos del talento del Emperador.

La verdad es que éste no deseaba otra cosa, por más que quisiera aparentar lo contrario; asi es que, vencido por los ruegos de sus entusiastas súbditos, prometió solemnemente dejarse oir e publico en cuanto para ello se presentara favorable ocasion.

¡Y véase ahora otra prueba elocuente del delirio con que amaba el arte liricodramático aquel monstruo humano que ha quedado como modelo de todo lo más feroz y criminal entre los hombres!

Una vez otorgada la promesa de cantar en público, Neron comenzó á agitarse; sintió dentro de sí ese invencible prurito de comunicacion que el arte hace experimentar á todo el que lo profesa con entusiasmo, y ya todos los deseos, todas las ambiciones del artista se dirigieron á lograr que el dia del debut en Roma llegára á la mayor brevedad. Neron habia instituido, á raíz de su elevacion al solio imperial, unos concursos musicales que debian celebrarse de cinco en cinco años, concursos que recibieron el título de su fundador, con el nombre de Juegos Neronianos.

DON FRANCISCO COELLO DE PORTUGAL Y QUESADA,

representante de España en la Exposicion parisiense de Ciencias Geográficas.

Aun no habia trascurrido un año desde la celebracion del primero de estos juegos, cuando Neron, ávido de cumplir lo prometido, impaciente por magnetizar con su voz á todo el orbe romano, anticipó con una plumada el término del quinquenio, é hizo anunciar que los juegos Neronianos se celebrarian inmediatamente, tomando parte en ellos su augusto fundador.

Y no fué mucho que Neron soltára prenda en cuestion tan ardua y trascendental; que las promesas de elevadisimos personajes suelen tener tardio cumplimiento, cuando por feliz casualidad lo tienen, sino que anunciarse los juegos Neronianos é inscribirse el César entre los opositores, fué obra de un momento. Asi pudo verse, sin que cupiera duda alguna, que Neron, el árbitro y dueño, el soberano de Roma, el poderoso emperador bajo cuyo cetro se hallaban millones de habitantes y cuyo dominio se extendia a la mayor parte del mundo conocido, se presentaba á los concursos Neronianos, ni más ni ménos que pudiera hacerlo cualquiera alumno de canto de nuestra Escuela Nacional de Música.

VIZCAYA. — VISTA DE SANTURCE.


Figurense, pues, nuestros lectores el aspecto que presentaria el teatro en el gran dia del concurso. Figürense nuestros lectores aquella inmensa inuchedumbre compuesta de todas las jerarquias sociales; aquel abigarrado conjunto de trajes y personajes; las ceñdas túnicas de las vestales; el desnudo seno de las meretrices; las brillantes laticlavas de los senadores; el incesante correr de los lictores ; los murmullos de mal contenida impaciencia que plebeyos y libertos dejaban oir, apiñados en los duros asientos de la alta graderia. Y todo esto iluminado tenuemente por un sol canicular cuyos abrasadores rayos venian á morir en el ámplio Velarium extendido como imponente en tout cas sobre las cabezas de los espectadores.

En tanto que el teatro presentaba tan animado aspecto, Neron, nervioso y agitado, se hallaba en el postscenium, entre bastidores, rodeado de sus amigos más intimos, que le animaban á porfia. De tiempo en tiempo acertaba á pasar al lado del Emperador alguno de los jueces que constituian el tribunal de oposiciones, y veíase á Neron acercarse humildemente al individuo del jurado, recomendarse á su benevolencia, saludarle con respeto, volver al circulo de sus amigos y vocalizar sotto voce una escala en el modo lidio ó frigio,