Página:La Ilustración española y americana1875.pdf/48

Esta página ha sido corregida

utensilios que se relacionan con la navegacion por agua dulce ó salada.

Empero el que penetra en las anchas naves que están consagradas á esta manifestacion, ve con asombro que, hasta ahora, lo que más abunda son los productos manufacturados ajenos á la industria naviera. Los pianos, los carruajes, las porcelanas, y hasta los cliso-pompos monopolizan con sus infinitos escaparates el local que cualquiera supondria deber estar casi exclusivamente consagrado á los instrumentos y aparatos náuticos.

Sin embargo, como la instalacion no está aún terminada, no se puede juzgar con precision cuál será la importancia definitiva de esta Exposicion, á la que consagraré un análisis más sesudo en mi próxima revista. La impresion de mi primera visita es que la parte decorativa es seductora, pero que hay escasez de novedades en los productos expuestos.

La otra exhibicion está consagrada á las ciencias geográficas y se halla aposentada en un ala no terminada del Palacio de las Tullerías, que respetó el petróleo de los comuneros, no por piadoso deseo, sino por un capricho de la casualidad.

Esta Exposicion, internacional como la precedente, ofrecerá un gran interes científico cuando esté terminada su instalacion. Hasta ahora las secciones que ofrecen un golpe de vista completo y un interes sostenido son la Francia, la Rusia, la Inglaterra, la Suecia, los Paises-Bajos y Dinamarca.

La geodesia, la topografía, la hidrografía, la meteorología, la geología, la antropología, la etnografía, la filología, la estadística, las exploraciones y viajes científicos, comerciales y pintorescos, son los elementos que han servido de base á esta Exposicion, la cual ofrece un cuadro exacto del estado actual del globo terrestre.

Al ingresar en el local se atraviesa el salon de los Estados, donde celebrará sus sesiones el Congreso. Esta pieza se halla colgada de cortinones verdes con flecos de oro, sobre los que flotan, sobrepuestos, los pabellones de todas las naciones que figuran en la Exposicion, colocados encima de los escudos de armas de las mismas.

En la seccion francesa lo que más llama la atencion, en una primera excursion forzosamente rápida, es el mapa de Francia levantado por el Estado Mayor, el cual se compone de 274 hojas, cuya reunion forma un plano de 15 metros de alto por 12 de ancho. Este mapa, que se ve junto y formando un todo por vez primera, es interesante. Sin embargo, los que han visto el del Estado Mayor prusiano, que tantos servicios prestó al ejército invasor durante la guerra franco-alemana, consideran éste como más perfecto y minucioso que el frances.

La Rusia ofrece trabajos muy notables, tales como la carta hipsométrica de la circunscripcion de Odesa, el plano de la Rusia Europea y los de la frontera ruso-chima. El relieve topográfico del Cáucaso, hecho por medio de la fotografía, es interesante. Esta seccion tiene como sucursal un chalet donde una serie de estatuitas representan los diferentes tipos del Imperio moscovita con sus trajes nacionales. En ocho soberbios escaparates se halla expuesto el tesoro ofrecido por el Kan de Kiva al Czar. Lo componen multitud de alhajas caprichosas engarzadas de perlas, esmeraldas, turquesas y corales. Estas preseas, entre las que dominan los collares y diademas, son de todos estilos; pero domina entre ellos el gusto morisco. La época de que datan estos artefactos es el fin del siglo XVII y el principio del siglo XVIII.

Suecia brilla por los trabajos geológicos en esta exhibicion. Sus reproducciones de recuerdos de la edad ante-histórica excitan mucho la atencion, porque son muy perfectas.

Noruega expone modelos de sus buques costeros, tan esbeltos como sólidos, y un análisis plástico de las tormentas que desde 1867 á 1871 devastaron esta comarca expuesta á corrientes eléctricas de una energía excepcional. Los productos lapones son otros de los atractivos de esta seccion.

Dinamarca expone el panorama de Elseneur, inmortalizado por Shakspeare en Hamlet, sus dolmenes y regios mausoleos de Jutlandia, y una coleccion interesantísima, bajo el punto de vista etnográfiéo, de cuanto se refiere á la vida social en Groenlandia. Los paisajes que forman parte de esta seccion son tambien muy instructivos y curiosos.

Inglaterra, la gran viajera moderna, figura como triunfadora en esta Exposicion. Los planos de sus inmensas posesiones forman una coleccion de valor inapreciable; su carta del Himalaya es una maravilla de dibujo y colorido. El plano del gran pico helado, que tiene 10.000 metros de altura, 70 kilómetros de largo, y que exige tres meses de viaje para ser recorrido, contando un mes de descanso, es admirable. El mapa de la expedicion polar es otra joya de esta seccion, que hace sensibles las dificultades de las exploraciones que se siguen haciendo en aquella region, donde hay aún 480 millas no holladas jamas por la planta del hombre y que repasan el punto extremo visitado por los descubridores del polo Norte.

Todos los mapas de las expediciones ejecutadas por los audaces é infatigables viajeros británicos figuran en esta seccion, donde hay asimismo un plano en relieve de Jerusalen y una vista de Kashmire (la Venecia de Oriente, donde se tejen aquellos chales sin par que llevan su nombre). Ambos trabajos pasan, con razon, por dos obras maestras.

Una de las curiosidades que los ingleses exponen es un mapamundi del siglo XVIII, en el que Jerusalen figura como centro de la tierra. Tambien exhiben una coleccion de los animales peculiares á cada nacion, que es de mucho interes.

Los Paises-Bajos brillan por una serie de figuras que representan los personajes de la edad heroica india y forman el fondo del teatro de Java. Con ayuda de estos titeres, á quienes un maese Pedro presta el auxilio de su palabra, representan los javaneses sus misterios. Las figuritas están cuidadosamente talladas en cuero cocido, pintadas y doradas con minucioso esmero.

España y Portugal no han completado aún su instalacion; pero por lo que ya han expuesto se ve que sostendrán dignamente su papel en este certámen científico.

En mi próxima carta hablaré con extension de ambos paises. Por hoy me limito á hacer constar la asidua presencia en la Exposicion del representante de España en el Congreso, Sr. Coello y Quesada, y de su secretario, el aprovechado jóven D. Eduardo de Cortazar.

Saliendo de dar la vuelta al globo en la Erposicion qeográfica, nos volvemos á hallar sobre el mocadam parisiense y obligados á hablar de nuevo de París.

A decir verdad, más de una vez me da grima el estampar el nombre de Paris en estas crónicas. Siempre Paris ¡Siempre Paris! Es empalagoso é indigesto.

Convenido; pero ¿qué se ha de hacer? El público quiere revistas de Paris; está convencido que Paris es la quinta esencia, el hueso palomo de la humanidad ; con que hay que hablar de Paris y describir sus más minuciosas muecas. Quizás haria mejor el lector en ajustar sus cuentas propias; contar sus cuentos, si los tiene: procurar adquirirlos, si le faltan: extender el circulo de sus conocimientos, si es ignorante; vulgarizar la instruccion, si acaso es sabio; las señoras hacer calceta y las señoritas el amor, que es la única ocupacion racional y que tenga verdadera trascendencia social, la única con que pueden contribuir á la dicha de la humanidad, supremo objetivo de los bipedos implumes, y sobre todo, mejor haria cada quisque en investigar lo que pasa en su propia casa sin inquietarse tanto de lo que ocurre en casa del vecino; pero no seria comm'il faut; eso no sería chic. El asunto es hablar y saber lo que no nos importa; el caso es descuidar sus asuntos y ocuparse de los del prójimo; la cuestion no es conocerse á si propio, sino saber al dedillo lo que conviene á los demas.

Hablemos, pues, de París.

Sabrán VV. por de pronto que el presupuesto municipal de esta ciudad para el año entrante de 1876 es de 306.998.964 francos. De seguro que ignoran ustedes cuál es el de su pueblo; pero ya están VV. enterados del de esta capital, donde muchos de los lectores ni áun pondrán el pié jamas, y laus Deo.

Ahora es preciso que acompañe á esta cifra su cacho de estadística y su tajada de consideraciones económicas, con su ordubre de saetazos democráticos encaminados á demostrar que el mundo marcha y que el bienestar público corre parejas con lo avanzado del régimen politico.

Vamos allá:

Y para comenzar sentemos, con datos fehacientes, que en 1813 París no tenía sino 622.000 almas y un presupuesto de 23 millones de francos. La cuota de cada parisiense era, por lo tanto, de 37 francos. Durante la Restauracion la poblacion ascendió á 713.000 habitantes y su presupuesto á 32 millones, ó sea 45 francos por barba. Llega la revolucion de Julio y con ella los primeros ferro-carriles: París se hincha de vecinos y su presupuesto crece pero la monarquia constitucional, que por más que prediquen absolutistas y demagogos es el régimen ménos imperfecto, conserva el equilibrio de modo que los parisienses continúan pagando 42 francos por cabeza. Se proclama la República, y ¡patatrás! ya los ciudadanos que habitan la capital tienen que extraer de su bolsillo 44 francos anuales, que es la cuota distributiva de 1850. Con el imperio, la mar: mucho boato, pero por cuanto vos contribuisteis. En 1869, ultimo ejercicio imperial, Paris posee 1.800.000 almas que pagan 168 millones, ó sea 95 francos cada cual.

La gente dice que es una abominacion; pero los sabios conservadores monárquicos de Versalles proclaman la República de nuevo, remedando al perro del hortelano. Paris se frota las manos, su poblacion llega á dos millones de almas, la policía urbana decae, pero el presupuesto sube como la espuma, y cada parisiense pagará el año venidero 153 francos de impuesto.

Dicen los economistas que éste es un signo de prosperidad, y que cuanto más se paga más se tiene. Yo tengo mis escrúpulos en contarles esto á los españoles; pero puesto que lo dicen los economistas, estudiado se lo tendrán.

Siendo así, la prosperidad de París es maravillosa. En sesenta y tres años ha cuadruplicado su fortuna, puesto que pagaban 37 francos en 1813 y pagarán 153 en 1876.

Esta reflexion me consuela sobre la suerte de mis paisanos. ¡Qué felices deben ser, sobre todo los que pagan doble y triple cuota con motivo de la guerra y las excursiones carlistas!

Cosas tienen estos economistas capaces de dar un ataque de nervios á los mismos Pirineos.

En esta quincena que vengo revistando ha desaparecido del suelo de Paris el ultimo vestigio de la antigua Opera.

La direccion de dominios ó bienes nacionales ha hecho derribar lo que restaba del edificio que fué Academia ya Real, ya Imperial, ya simplemente Nacional de música, y va á vender el terreno dividiéndolo en 14 lotes.

Entre ellos está comprendido el gran palacio ú hotel donde estuvo instalada la administracion de la Opera incendiada, el cual fué antaño una de las más espléndidas residencias del barrio, como lo fué tambien el otro palacio situado enfrente, hoy alcaldía y en otro tiempo fastuosa residencia de los Aguados y los Augny.

Estos palacios que hoy echa por tierra la piqueta municipal fueron, á fines del siglo pasado y principios del presente, el centro del Paris bullicioso y elegante, y merecen, por lo mismo, que la crónica les consagre algunas lineas á guisa de epitafio.

En aquellas maravillosas moradas es donde la alta sociedad del siglo XVIII gozó de las postrimerías del placer, y alli tambien nació á la vida de los salones la incipiente sociedad del siglo XIX, llevando sus pañales áun tintos con la sangre vertida en las hecatombes del terror.

En este hótel Choiseul, que hoy se derriba, y en el que le hace ris-a-ris, fué donde se dieron aquellos bailes llamados de las victimas, que hicieron época en la capital, Hubo verdadero furor entre la gente de alta alcurnia para obtener una esquela de convite. Se salia por entónces del nefasto periodo revolucionario; el Directorio y el Consulado habian restablecido un poco de calma en la sociedad y habia verdadero afan por gozar.

Para excitar esta ánsia de placeres, la más hermosa bailarina de la Opera, la Saulnier, casada con un marqués muy conocido, abrió los salones del palacio de Augny y embriagó de esplendores y magnificencias á toda la aristocracia parisiense.

Los billetes habian de ir firmados por la Marquesa, y era muy difícil obtenerlos, porque la ex-bailarina se mostraba muy exigente en materia de blasones. Cuando dió el baile de las victimas fué condicion precisa que todos los convidados perteneciesen á familias que hubiesen tenido algun pariente asesinado por la guillotina republicana.