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lia bien la pena de pretender ser el prototipo de la caballerosidad y la cultura y el modelo de las buenas formas para dar tan nauseabundo espectáculo urbi et orbi.

Y no vayan VV. á imaginarse que son acaso los periódicos paparrucheros y de escalera abajo los únicos que asi han arrastrado por los suelos la dignidad de la prensa francesa.

Los pontífices, los corifeos, los burgraves de la prensa política, el solemne Journal des Debats, que un tiempo pasó en Europa por redactar sus articulos con chorrera y puños de encaje, como dicen escribió M. de Buffon su Historia natural; la clásica Presse, veterana en las lides periodisticas; la Repu b/iq v e française, órgano de un partido que se dice moderado, aunque republicano, personificacion de M. Gambetta, que nos hablaba no há mucho de fundar la república ateniense, es decir, un régimen que fuese modelo de aticismo; el Pays, que pretende ser la expresion de las honnettes gens y que deberia, por lo tanto, ser ultra honnette en sus palabras; el Siglo XIX, dirigido por un aspirante á académico; el Univers, regentado por un cardenal: y el Figaro, que, aunque tildado por la opinion pública de falto de homestidad y de recato, se dice órgano del mundo aristocrático y elegante, son los que han terciado en la gresca y se han dirigido mutuamente dicharachos que harian ruborizará un cabo de vara del presidio de Ceuta, y acusaciones que, á ser fundadas, deberian llevará aquellos de quienes son objeto á una cárcel correccional.

¡Qué vergonzosa decadencia, y qué lamentable espectáculo el de un periodismo, que un dia rayó tan alto, convertido en modelo tabernario y exhibido en la picota por el Times al ludibrio de la Europa!

Regocijémonos, en medio de nuestra anarquía y desenfreno sociales, de que la imprenta española no haya caido jamas en tan humillantes deslices y de que haya guardado incólume, á pesar de la violencia de las pasiones políticas, el respeto del adversario.


DON ENRIQUE TORRES Y CAÑAMAS, CAPITAN DE LANCEROS DEL REY.

( + gloriosamente en la batalla de Nanclares, el 7 del actual.)


GUIPÚZCOA—VISTA GENERAL DE FUENTERRABÍA.

Miéntras los representantes de la parte más ilustrada de la cultísima sociedad francesa se ponen como ropa de pascua, los industriales y los sabios, que son, hoy por hoy, los que conservan enhiesta y victoriosa la bandera de Francia, han abierto dos interesantes Exposiciones.

La una está instalada en el sempiterno Palacio de la Industria, edificio de un gusto atroz, pero local vastísimo, y por lo tanto adecuado para estos alardes del genio humano. Titúlase esta exhibicion fluvial y maritima, y con estos dos adjetivos está expresado su objeto, que es el poner en evidencia todos los