Página:La Ilíada de Homero, Tomo I (Ignacio García Malo).pdf/333

Esta página ha sido corregida
(227)

El horrendo rumor de la refriega.
En sus manos vibraba el cruel Marte
Una lanza muy grande y asombrosa,
Y tan pronto á Héctor fuerte precedia
Como ayrado á la espalda le seguia.
Queda asustado al verlo el gran Diomédes:
Como inexpérto y rudo pasagero,
Que habiendo atravesado un grande campo
Encuentra un rio rápido y profundo,
Y al mirar que bramando precipita
Sus corrientes y espuma en el mar vasto,
Se detiene asombrado, y atrás vuelve;
El hijo de Tydeo se retira
De la misma manera, y dirigiendo
A sus tropas la voz, asi les dice:
„No sin razon, amigos, admiramos
„Que Héctor sea tan fuerte con su lanza,
„Y tan audáz guerrero, pues él tiene
„Siempre al lado algun Dios que le protege
„Y libra de la muerte; y ahora mismo
„Marte en figura humana le acompaña.
„Por lo mismo es forzoso retirarnos
„Haciendo á los Troyanos siempre frente;
„Y asi ceded á los eternos Dioses,
„Sin tener la osadía é imprudencia

P2