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„Hasta que al fin te tome por su esposa,
„O al menos por su esclava. Yo no puedo
„Volver jamás con él, porque sería
„Una accion muy indigna y vergonzosa,
„Además de que todas las Troyanas
„Infinitos oprobios me dirian,
„Y estaría de penas agitada,
„Y de una gran tristeza rodeada.”
Enojada la Diosa le responde:
„Infelíz, no me irrites, si no quieres
„Que irritada te dexe, y aborrezca
„Mucho mas que te amo. Yo haré luego
„Nacer entre los Griegos y Troyanos
„Rencores implacables y crueles,
„Y tú serás la víctima sensible
„De su encóno y furor inextinguible.”
Elena la divina hija de Jove,
Al oír sus palabras, se intimida.
Se cubre con su velo refulgente,
Se va sin hacer ruído, y sin ser vista
De las damas Troyanas; pues la Diosa
Iba delante de ella presurosa.
Luego que ambas llegaron al palacio,
Donde habitaba Páris el divino,
Fueron á las labores de su sexô