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Quando huyendo del yelo, y de las aguas
Del rigoroso Invierno, muy veloces
Vuelan ácia las costas de Oceano,
Y llevan el estrago y dura muerte
Al país donde habitan los Pigmeos,
Causandoles conflicto en Primavera;
Y los Acheos iban silenciosos
Respirando furores, y resueltos
A socorrerse todos mutuamente.
Como el viento fatal del Mediodía
Algunas veces cubre la eminencia
De las montañas de una niebla obscura,
Que á los Pastores es poco agradable,
Y mas util sin duda á los ladrones
Que la lóbrega noche, pues en ella
La mas perspicáz vista no es posible
Que hasta un tiro de piedra se prolongue;
De este modo la marcha violenta
De aquestos dos Exércitos briosos
Torbellinos de polvo levantaba,
Que verse unos á otros impedian.
En breve atravesaron aquel campo,
Y luego que llegaron á encontrarse
Y á ponerse en el punto de batalla,
Páris cuyo semblante era divino,