ideas pictóricas. La danza puede revelar todo lo misterioso de la música, aparte de poseer el mérito de ser más humana y palpable. La danza es la poesía con brazos y piernas; es la materia, graciosa, terrible y animada, adornada por el movimiento. Terpsícore es una musa del sur; presumo que era demasiado morena, y que a menudo agitaba los pies en los trigales dorados; sus movimientos, llenos de una cadencia precisa, son divinos motivos para la estatuaria. Pero Fanfarlo la católica, no satisfecha al rivalizar con Terpsícore, llamó en su auxilio a toda el arte de las divinidades modernas. La niebla mezcla formas de hadas y de ondinas menos vaporosas y menos indolentes. Fue a la vez un capricho de Shakespeare y una bufonería italiana.
El poeta estaba feliz, creía tener frente a sus ojos el sueño de sus días más lejanos. Con gusto habría saltado en su camerino de una manera ridícula, y se habría roto la cabeza contra cualquier