Página:La Fanfarlo.djvu/17

Esta página ha sido corregida
9
L A F A N F A R L O

mejor dicho, tragicomedias. Ni bien se sentía rozado o acariciado por la alegría, teniendo que asegurarse primero de ello, nuestro hombre ensayaba risas y carcajadas. Ni bien algún recuerdo hacía que una lágrima se dibujara en el borde de sus ojos, él corría al espejo a verse llorar. Si alguna mujer, en un acceso de celos brutal y pueril, le hacía un arañazo con una aguja o una pequeña navaja, Samuel se ufanaba de haber recibido una cuchillada; y cuando debía miserables veinte mil francos, exclamaba alegremente:

–¡Que triste y lamentable es la suerte de un genio acosado por un millón de deudas!

Mas dicho sea de paso, guárdense de creer que él fuera incapaz de experimentar sentimientos verdaderos, o que la pasión no hiciera más que rozar su epidermis. Habría vendido hasta su camisa por un hombre a quien a penas conociera y al cual, tras la inspección de su mano y su frente el día anterior, habría declarado su amigo íntimo. Llevaba en las cosas del espíritu y del alma la ociosa contemplación de las naturalezas germanas; en las de la pasión,