Página:La Eneida - Dalmacio Velez Sarsfield y Juan de la Cruz Varela.pdf/42

Esta página no ha sido corregida
41
LIBRO PRIMERO

Pygmalion se llevan al mar. ¡Una mujer era el gefe de esta empresa! Llegaron á los lugares donde ahora mirarás ingentes muros y la ciudadela de la nueva Cartago que se va encumbrando. Compraron el terreno que pudiera circundar un cuero de toro; y de aqui el nombre de Birsa dado á la ciudad. Mas al fin, é vosotros quienes sois? ¿De qué regiones venis? Adonde os dirijis?" A estas preguntas, Eneas suspirando y arrancando la voz del hondo pecho: "¡Oh Diosa! le dice, si yo remon.

tara al orijen de nuestras desgracias, y tuvieras tiempo de oir la larga historia de nuestros padecimientos, antes de acabarla, el astro de la tarde, cerrando el Olimpo[1], habria echado el dia. Nosotros somos de la antigua Troya (si por casualidad llegó á tus oidos el nombre de Troya). Arrastrados por diversos mares, la tempestad al fin nos ha arrojado á las costas de la Libia. Soy el piadoso Eneas, conocido por su fama basta en los cielos, que en la armada llevo conmigo los Dioses de mis padres arrancados del enemigo. Busco la Italia, mi patria.

Desciendo del grande Júpiter. He salido del mar Frigio con veinte naves, siguiendo mi destino, y mostrándome el camino mi madre, que es una Diosa. Me quedan apénas siete maltratadas por las ondas y los vientos. Yo mismo, desconocido, desprovisto de todo, ando errante en los desiertos de la Libia, espulsado del Asia y de la Europa." Venus enternecida y no queriendo saber mas, le in-