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LIBRO PRIMERO

tana Virgen; ó cual Harpalice de la Tracea, cuando apurando su caballo pasa en su fuga el vuelo del Euro[1].

A uso de cazadora pendia de sus hombros un lijero arco; llevaba sus cabellos flotantes al viento, y recogidas con un nudo sobre las descubiertas rodillas las movibles ondas de su vestido. Ella primero les habla: "¡Hola, jóvenes! Decidme, ¿por acaso habeis visto errante por aquí una de mis hermanas, ceñido el carcax, y cubierta con la piel de una manchada lince, ó acosando á gritos por darle caza á un espumante javali?" Dijo asi Venus y su hijo la responde de esta manera. “Ninguna de tus hermanas he visto ni oido. ¡Oh Virgen! ó, ¿cómo te llamare? porque tu rostro no es mortal ni tu voz humada. Ciertamente tu eres Diosa, ó la hermana de Apolo, ó alguna de la familia de las Ninfas. Cualquiera que seas, senos propicia y alivia nuestros trabajos. Enseñanos bajo qué cielo al fin, ó en qué rejiones del mundo hemos sido arrojados. Echados aqui por los vientos é impetuosas olas, erramos á la ventura sin tener noticias de estos países ó de sus habitantes. Nuestro brazo hará caer sobre tus altares numerosas víctimas." Venus entonces contestó: "No me juzgo en verdad digna de tal honor. Es el uso de las virgenes de Tiro llevar el carcax y el coturno de púrpura ceñido hasta las pantorrillas. Estás viendo los reinos africanos, los Tirios y la ciudad de los descendientes de Agenor. Este pais es la Libia: sus habitantes una raza indomable y