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LIBRO PRIMERO

gravemente airado levantó sobre las mas altas olas su se rena frente y vé la flota de Eneas deshecha y esparcida por todo el mar: vė á los Troyanos abrumados por las olas y por la cólera del cielo. Hermano de Juno, po se le ocultan los artificios y los furores de ella: llama hácia si al Euro y al Cefiro y les dice estas palabras: "¡Vientos! Tanta presuncion teneis en vuestro origen? Os atreveis á agitar el cielo y la tierra sin mi consentimiento, y á conmover taniomensas moles?[1]. Yo, á los que... pero ante todo es preciso calmar las embravecidas ondas. Si despues volvieseis á hacer lo mismo, otra será vuestra pena.

Huid pronto, y decid á vuestro Rey que no á él, sinó á mi, la suerte dió el imperio del mar y el terrible tridente: que él se mantenga en sus espantosas rocas, que son ¡oh Euro! vuestra mansion. Que en ese palacio Eolo se glorie, y reine en la oscura cárcel de los vientos." Dijo asi, y mas pronto que lo que hubo dicho, aplaca los hinchados mares, ahuyenta las nubes amontonadas y reconduce el Sol. La ninfa Cimotoe junto con Triton, uniendo sus esfuerzos, procuraban desencallar las na.

ves de la cima de un escollo: él mismo entonces las levanta con su Tridente, abre las vastas sirtes, aquieta el mar, y con las lijeras ruedas de su carro se desliza por la superficie de las aguas. Como en una gran ciudad, cuando sucede la sedicion y la vil plebe se embravece y hallando armas en su furor ya vuelan piedras y tizones encendidos; y si por acaso aparece entonces un hombre