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LIBRO QUINTO

divisiones con otros tantos gefes que van á su frente, cada uno de ellos siguiendo á su Capitan y brillando en distintas filas, á la par que aquellos.

El niño Priamo, tu ilustre hijo, Polites, orgulloso con llevar el ilustre nombre de su abuelo, y que habia de dar una gran familia á la Italia, manda uno de los escuadrones de jóvenes. Va montado sobre un caballo de la Tracia, oscuro, con manchas blancas y de manos blancas, que altivo ostenta la blanca frente. Atys, el tierno Atys, de quien los latinos Atys traen su origen, niño muy querido del niño lulo, manda el otro. Yá el último, Tulo, mas que todos hermoso, montado sobre un caballo Sidonio, que la sincera Dido le habia dado como una memoria y prenda de su cariño. Los otros jóvenes van en caballos Sicilianos del anciano Acestes.

Los Troyanos reciben con aplauso á los timidos niños y se llenan de gozo al mirarlos, reconociendo en ellos las facciones de sus antiguos padres. Despues que asi ufanos en sus caballos se hubieron mostrado á los suyos, y á todo el concurso, y cuando estuvieron ya prontos, Epito les dió desde lejos con un grito la señal, é hizo resonar el látigo. Los tres Jefes parten á la par, y deshaciendo luego su primera formacion separan sus escuadrones. A la voz de sus jefes vuelven enristrando la homicida, lanza; puestos luego en campos contrarios, se acometen, se replegan, ó formados en circulo, se introducen en otros circulos, y presentan en este juego de