las llanuras, levantando en su fuga polvorosa nube. El jóven Ascanio en medio de los valles se goza en su brioso caballo; y en sus lijeras corridas, ya pasa á estos, ya á aquellos, deseando con ansia que de entre esos timidos rebaños salga un espumante javali ó que un guedejudo leon del monte baje.
Entretanto con grandes truenos principia á conmoverse el cielo: cae la lluvia acompañada de granizo, y los rios se precipitan de las montañas. Los Tirios que acompañaban á la Reina, la juventud Troyana y el Dárdano nieto de Venus se acojieron por aquellos campos, dispersados por el temor, en diversas guaridas. Dido y el gefe Troyano entran en una misma gruta. La tierra temblo la primera, y Juno que vela en los misterios conyugales respondió á la señal. El cielo, testigo de esta union, hace brillar sus fuegos, y las ninfas desde la cima de las montañas soltaron sus tristes alaridos. Aquel primer dia fué la causa de la muerte de Dido y el origen de sus males. Ni ya ningun respeto, ni su honor le inquieta, ni tampoco procura ocultar su furtivo amor: le llama matrimonio, y con este nombre quiere cubrir su culpa.
Al pronto la Fama vuela por las grandes ciudades de la Libia; la fama, plaga mas lijera que ninguna otra. Su vida está en la movilidad, y andando adquiere mas poder. Al principio el temor la hace pequeña; pero luego se eleva sobre los aires. Marcha por la tierra y su frente se esconde en las nubes. Se dice que su madre, la Tierra,