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LA ENEIDA

las regiones de la Libia, y asi principio á responderla: "¿Quién tan insensato rehusaria tales ofertas, 6 preferiria la guerra contigo mucho mas si la fortuna hiciera efectivo lo que propones? Mas los destinos me hacen dudar que Júpiter quiera que los Tirios y los Troyanos que han llegado formen un solo pueblo; si apruebe que ambas naciones se mezclen ó que se unan por pactos. Tú eres su esposa y tú puedes con tus ruegos esplorar su voluntad. Anda, yo haré lo demás, "

Entonces la Rejia Juno la responde asi: "Ese cuidado será mío. Oye: quiero mostrarte en pocas palabras de qué manera se puede hacer para que no se dilate.

Eneas con la infortunada Dido se preparan á ir mañana à cazar en los bosques, luego que saliere el Sol y con sus rayos descubriere al mundo. Mientras las bandas de á caballo se esparcen y rodean las selvas con redes, yo tepderé sobre ellos negra nube, preñada de granizo, y conmovere con truenos todo el cielo. Los que la acompañen huirán cubiertos por una tenebrosa noche. Dido y el Gefe Troyano entrarán en una misma gruta. Yo estaré allí, y si tu me das tu consentimiento, los uniré con vinculos indisolubles, y se la daré por mujer. Alli estará Himeneo"[1]. Citerea se soorio de la astucia inventada, y sin contradecirla asintió á lo que le proponia.

Entretanto la aurora levantándose abandona el Océano. A la salida del sol una juventud escojida sale alegre por las puertas de la ciudad. Los milicianos á caballo