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LA ENEIDA

la divinidad de la gran Juno: ofrece á Juno votos en sus altares: ablanda á esta poderosa Diosa con súplicas y ofrendas; y asi, al fin, salvo, despues de dejar las costas de Sicilia, llegarás á las rejiones de Italia.

“Cuando alli hayas descendido y te acerques á la ciudad de Cumas, á los lagos divinos, y al averno, y á sus ruidosos bosques, verás una profetiza inspirada que desde el fondo de un monte revela los destinos, y los escribe sobre hojas con cifras y palabras. La vírjen ordena todos los vaticinios que ha puesto en ellas y los deja, encerrándose en la cueva. Estos permanecen fijos en sus lugares sin perder su colocacion; pero cuando la puerta vuelve sobre sus goznes, el menor aire las mueve y dispersa las lijeras hojas; y ya ella en adelante jamás cuida de reunir los que se revuelven esparcidos en la concava roca, ni de restituirlos en su lugar, ni de arreglar otra vez los presajios, y muchos se vuelven sin respuesta odiando la cueva de la Sibila. Sin embargo, no des por perdido el tiempo que tardes alli; y aunque tus compañeros se quejen, aunque la urjencia de tu viaje llame las naves á la alta mar, y aunque vientos favorables lleguen å hinchar tus velas, no salgas sin ir aptes á la sacerdotiza y con súplicas le implores sus oráculos, que ella misma te los diga: que se digne abrir sus lábios y dictarlos con su voz. Ella te descubrirá los pueblos de la Italia y tus futuras guerras; de qué modo puedes evitar ó soportar las fatigas. Adorada por ti, te dará prósperos