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DIVINA COMEDIA.

tan embarazado en la playa desierta que en medio del camino el miedo le ha hecho retroceder; y temo (por lo que he oido de él en el Cielo) que se haya extraviado ya y que sea tarde para que yo acuda en su socorro. Vé pues y con tus elocuentes palabras y con lo que se necesita para sacarle de su apuro auxilíale tan bien que yo quede consolada. Yo soy Beatriz la que te hace marchar vengo de un sitio á donde deseo volver: Amor me impele y es el que me hace hablar[1]. Cuando vuelva á estar delante de mi Señor le hablaré de tí bien y con frecuencia.» Calló entonces y yo repuse:

—¡Oh mujer de virtud única, por quien la especie humana excede en dignidad á todos los seres contenidos bajo aquel cielo que tiene los círculos más pequeños[2]! Tanto me place tu orden que si ya te hubiera obedecido creería haber tardado no tienes necesidad de expresarme más tus deseos. Mas dime por qué causa no temes descender al fondo de este centro desde lo alto de esos inmensos lugares á donde ardes en deseos de volver?

  1. Dante conoció á Beatriz á los nueve años (teniendo ella ocho); la volvió á ver á los 18 á la hora nona soñó con ella en la primera de los nueve horas de la noche, la cual á los diez y ocho años la perdió á los veinte y siete, el noveno mes del año judaico y esta repeticion de las potencias del número más augusto le indicaba alguna cesa divina llegando á decir que Bice (Beatriz) es un 9: esto es un prodigio que tiene por raíz la Santísima Trinidad. Por esto la divinizó como símbolo de la luz interpuesta entre el entendimiento y la verdad.
    Combinando lo real con lo ideal lo sensible con lo simbólico, Dante hace que en su obra resulten los dos mundos reflejados el uno en el otro siendo Beatriz al mismo tiempo la mujer amada y la ciencia de Dios. Todo en este poema está sujeto á cálculo siguiendo el simbolismo de los números que se observa en la arquitectura relijiosa de la Edad media. Es uno y trino: se compone de tres veces treinta cantos además de la introduccion y cada uno de ellos de casi igual número de tercetos. Las distribuciones numéricas que principian en el primer verso van siempre coordinadas de nueve en nueve hasta el fin.
  2. El cielo de la Luna que según el sistema de Tolomeo es el más central y por o mismo son más pequeños sus circuios.