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PRÓLOGO

jicos que en los hospitales de heridos hayan podido obtenerse, sobre la mejor organizacion del servicio sanitario en sus estensos ramos del personal facultativo y auxiliar, de las tropas de sanidad, de los medios de transporte, de la organizacion de hospitales ambulantes, flotanles ó permanentes, y de otros mil detalles que en tan vasto cuadro tienen su lugar, este estudio repito, es muy superior á mis escasas fuerzas para que yo le intente: que tan grande empresa, para ingénio más fecundo que el mio debe hallarse reservada.

Dolíame, sin embargo, la idea de no poder tributar un público homenaje de entusiasmo al heróico sufrimiento de nuestros soldados, despues de haber presenciado tan de cerca sus privaciones y sus miserias, sus tribulaciones y sus padecimientos, sus angustias y sus dolores; de no poder ofrecer tampoco á la consideracion del país los incesantes desvelos, el santo entusiasmo con que el cuerpo de Sanidad ha procurado llenar su mision benéfica en los campos africanos.

Y tanto más sentia esto, cuanto que el carácter peculiar de los servicios de esta corporacion, hace que no se presenten nunca á los ojos del público con la brillantez que rodea á los de otras del ejército, y que pasen generalmente desapercibidas. Todos repiten el nombre justamente glorioso del que sable en mano arranca al enemigo un estandarte, y nadie se acuerda de los oscuros soldados sanitarios, que marchan serenos para arrancar á un enemigo feroz algo que vale más