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102 LA CAMPAÑA

colinas, sitio no malsano; pero algunos batallones del tercer cuerpo estendian sus tiendas por la falda de aquellas, hasta tocas en la orilla de las lagunas; inconveniente que no hubiera sido difícil evitar. La artillería acampaba en la playa y la caballería entre esta y la infantería.

El dia 6 se movió el ejército para el famoso paso de las lagunas, que es uno de los movimientos estratégicos más brillantes de esta campaña. A mis ojos de médico, ninguno puede comparársele, pues jamás se obtendrá un resultado tan grande con una pérdida tan insignificante. Dos caminos se presentaban á nuestra eleccion: el uno era una estrecha lengua de arena, cortada en algunos puntos por trozos de roca y encerrada entre las lagunas y el mar; el otro consistia en dirigirse por la orilla derecha de las lagunas, para flanquear por la espalda el Montenegron. Calculando el enemigo que habíamos de adoptar este último, nos aguardaba acampado en el fondo del valle. Nuestro General le confirmó y mantuvo en esa creencia, haciendo que el Cuerpo Ros tomarán posiciones que simnláran la intencion de ataque por la derecha, mientras el segundo Cuerpo, dirigido por el General Garcia, que habia emprendido su marcha á la madrugada, atravesaba el desfiladero que hemos descrito: con él iban los siempre infatigables ingenieros, abriendo y allanando el camino, para que pudiera pasar nuestra artillería, y mientras tanto el General en Jefe, desde lo alto de un cerro, contemplaba el feliz éxito de su hábil estratagema.

Aquel dia acompañaba yo por primera vez al Cuartel General : el cielo estaba despejado y el sol lucia esplendoroso. Desde la altura donde estábamos sentados contemplaba las lagunas, que brillaban como espejos en primer término, balanceándose sobre sus tranquilas aguas los juncos, espa-