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CONCLUSIÓN

Del mármol tomando ejemplo
rico manto te bordaba,
cuando entre ramas contemplo
que un pajarillo triscaba.


Salta en el musgo veloz,
y me saluda parlero;
dulce, dulce era su voz
como la miel del romero.


« Por aquel á quien más amo, »
le dije yo, « pajarillo,
saltando de ramo en ramo,
no pierdas mi hermoso anillo. »


Tiende las alas errantes,
y tras él volando fuí;
¡anillo de cien cambiantes,
nunca tan bello te vi!