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CANTO QUINTO


LA CATARATA


 Invocación al genio del exterminio. Gemidos de la tierra medio anegada. Golpe de aguas que, por la brecha de Calpe, se precipita. Subversión de las olas con los despojos de la Atlántida. Hércules, á través de campos y marismas, busca á Hesperis, con un árbol encendido por antorcha. Al verle venir despídese ella de sus hijas.


 Ministro del exterminio, que descargas allí tus rayos; condúceme por entre las oleadas de polvo y humo; para en esta noche rever la Atlántida, que anegas, déjame cabalgar en sus alas, á la luz de tu espada.


Cántola cayendo en el abismo, despertando alocada en las entrañas del orbe; mas cántala tú con la voz de la trompeta del juicio final, que, ronca de pavura, la mía á tanto no alcanza.