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IV — GIBRALTAR ABIERTO
Y los hoy mal avenidos fragmentos en que se parta, enlazados por los nietos de Hesperis, me volverán á amar, como yunta de toros que el boyero desunce para mejor poderlos emparejar á la vejez.—
Así dice Jehová; y, por entre los soles de su corona, su faz ha visto Alcides, cual lejano relámpago en medio de cielo que, anubarrado y lóbrego, truena y fulmina, y casi da en tierra, como árbol pasado del rayo.
Mas, enardecido de súbito, merced á una centella que, de sus ojos desprendida, le transmitió el Altísimo, desciende, cual desgajado peñasco, al espirante mundo, grumo de tierra y agua en hervoroso caos.