de siempre y de todos los tiempos, ni hay nadie en el mundo que sepa cuando comenzaron á regir. Yo no debía, pues,, por temor á las amenazas de un mortal, exponerme á la venganza de los dioses. Antes de tu decreto., sabía que estaba condenada á la ley del morir (¡destino á todos inevitable!) Si muero antes de tiempo, será una dicha para mí: ¿qué cosa hay entre tan grandes males como afligen mi vida que no me haga mirar la muerte como un bien? Por lo tanto, la suerte que me espera no me causa ningún dolor; pero ¡ah! lo sentiría vivo y profundo si hubiera dejado sin sepultura al hijo de mi madre. No estoy de modo alguno pesarosa de lo que he hecho. Si tú calificas de locura mi conducta, me consideraré juzgada de insensata por un insensato.
En ese carácter indomable bien se conoce á la hija del inflexible Edipo; jamás se dejará abatir por las desgracias.
Pues sabe que estas almas tan fieras con fa