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LA «ANTÍGONA»

ISMENA

¡Ay, tiemblo, tiemblo por tí, desventurada!

ANTÍGONA

No te inquietes por mí. Cuídate sólo de enderezar tu suerte.

ISMENA

Pero al menos no descubras á nadie tus proyectos; ocúltalos con la mayor reserva... por mi parte, encerrado quedará en mi pecho.

ANTÍGONA

¡Ira del cielo!... ya puedes apresurarte á vociferarlos. Te harás todavía más aborrecible si los callas, si no corres á divulgarlos por todo el mundo.

ISMENA

Tienes él corazón ardiente en cosas que lo hielan de espanto.