Página:La Antígona de Sófocles - La Apología de Sócrates - Las poetisas de Lésbos (1889).djvu/17

Esta página ha sido corregida
XVII
INTRODUCCIÓN

rectitud y de justicia, como correspondía al oficio que se le asignaba al coro en la tragedia antigua. Y hemos dicho por punto general, porque si bien el coro se quería que fuera y debía ser ante todo el eco de la recta conciencia humana, —no podía menos de ser à la par el exacto reflejo de esta misma humana conciencia á veces pervertida;— así, pues, en la manera servil, aduladora y complaciente como en los graves conflictos de esta tragedia se expresa en ocasiones el coro, dando la razón á todo el que habla (lo mismo á Creonte que predica el absolutismo y la obediencia pasiva, que su hijo, cuando protesta en favor de la justicia y de la libertad humana, y que al venerable augur Tiresias cuando lanza al tirano sus fatidicas predicciores), se copia con admirable fidelidad esa situación moral de los pueblos degradados y embrutecidos, que no se atreven á levantar la voz, ni aun la mirada, ante el rostro temible del déspota que puede, por el más leve motivo, decretar la muerte. Este abandono en que dejan sus conciudadanos á la noble infortunada Antígona, aun los mismos venerables ancianos llamados á interceder en su favor, nos hace aun más interesante y simpático el grandioso carácter de la