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DE SÓCRATES

bre inútil para su patria, para sus amigos y para sí mismo. El padre, por la educación infame que había dado al hijo, y por su torpe ignorancia, ha logrado verse deshonrado aun hasta hoy, después de muerto.

En cuanto á Sócrates, el haberse engrandecido ante sus jueces, excitó contra él la envidia y los decidió más resueltamente á condenarle[1]. Por lo demás, creo tambien que su muerte fué un beneficio que le concedieron los dioses, puesto que dejó lo más triste de la vida y alcanzó la más dulce de las muertes.

¡Y qué alma tan grandiosa! Convencido como estaba de que la muerte era para él más ventajosa que una larga vida, del mismo modo que jamás se había manifestado contrario á recibir lo bueno, tampoco se mostró débil ante la muerte; al contrario, le salió al encuentro y murió con júbilo[2].

Por mi parte, cuando considero la sabiduría é inmensa grandeza de aquel hombre, no puedo menos de recordarle, y con mi recuerdo


  1. Véase lo que anteriormente dejamos anotado sobre la sentencia.
  2. Sobre los últimos momentos del filósofo, véase otra de nuestras notas anteriores.