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XIII
INTRODUCCIÓN

muerte de su querido hijo. El tirano, reconociendo al fin su bárbaro error —después de las severas advertencias y conminaciones de un anciano sacerdote— sufre la terrible expiación de los remordimientos que trastornan su juicio; concluyendo el drama con la siguiente sentencia del coro, que resume y compendia el sentido moral y religioso del drama: La prudencia es una primera y principal fuente de ventura; pero es preciso, además de ser prudentes, no ser impíos y reverenciar á la Divinidad. Los discursos presuntuosos de los hombres altivos les originan horribles infortunios que enseñan, aunque tarde, á apreciar la sabiduría.



Por esta rápida exposición del argumento puede apreciarse el interesante papel de la protagonista, uno de los más hermosos caracteres que ofrece la literatura antigua. Ni la majestad de Hécuba, ni la ternura de Andrómaca ó de Deyanira, ni la candorosa sencillez de Náusica, ni la intrepidez de Electra, pueden compararse con la piedad conmovedora y su-