y su relación con la mirada y el lenguaje La especialidad _y la contemplación de lo espacial recorren el cuento : la observación del Iugarde arribo (San José de Costa Rica) con ojos asombrados ; la escritura como algo desplegado en el espacio: “...mejor pasamos a otra línea. /La otra línea era (p.96.)2; la disposición de los cuadros contra la pared para ser observados y fotogra■ados ; el asombro ante la reproducción de una imagen sobre una superficie de papel; la inexplicable extrañeza ante el desplie- gue de imágenes proyectadas en la pared que instala una vez más en un cuento de Cortázar la ■uctuación entre lo fantástico y lo real. En Apocalipsis sejuega con la frecuente inversión de Io fantástico y Io real pero de una manera diferente y a la vez más sutil : en una primera lectura super■cial o literal, el plano que al principio se presenta como el real es el del viaje propiamente dicho y sus vicisitudes ( traslados, inminente conferencia, ducha en el hotel, encuentros, paseos, visitas) . Luego del regreso del narrador, la proyección de horrores, se presenta como la dimensión de lo fantástico. Sin embargo, en una lectura más profunda, la proyección escandalosa es la verdad y el viaje “físico", con todo su pintoresquismo, recibimientos , saludos, transpor- tes, fotos turisticas, es un ritual, una convención - y por lo tanto, también, una creación mental humana -, la corteza super■cial y a veces engañosa : centraremos en la cuestión de la imagen - básicamente la imagen fotográ■ca - de vuelta a París con un cansancio lleno de nostalgia, Claudine calladita esperándome en Orly, otra vez la vida de reloj pulsera y merci monsieur, bonjour madame, los comités, los cines, el vino tinto y Claudine, los cuartetos de Mozart y Claudine .(p. 100) Volví a San José, estuve en La Habana y anduve por ahí haciendo cosas, cuento, se sucede esta aceleración en la enumeración de diversos elementos sin orden. El protagonista, a su regreso, no ve los espacios habituales como antes : hay cierto extrañamiento, cierta visión del entorno como si fuese raro, ajeno. Otra vez asistimos a este particular tratamiento de Io fantástico por parte de Cortázar: lo fantástico no es algo opuesto a la realidad, sino, en todo caso, una dimensión dela realidad, una densidad de lo real, que en este cuento tiene Ala demora y al orden en los detalles del viaje que se dan al principio del 50
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