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mer encuentro nos pertenecerá completamente el hombre.

CASCA

¡Oh, él ocupa un lugar elevado en todos los corazones del pueblo! Y lo que en nosotros parecería delito, su sola presencia, como por la más rica alquimia, lo transformaría en virtud y acto meritorio.

CASIO

Habéis comprendido perfectamente cuánto vale y la gran necesidad que tenemos de su persona. Vayámonos, pues es ya más de media noche[1], y antes del día debemos despertarle y asegurarnos de él.

(Salen.)

  1. La noche se dividía por los romanos en cuatro vigilias, de tres horas cada una, que se contaban desde la puesta del Sol o fin del día, esto es, desde las seis de la tarde. Así, la media noche era la vigilia tercera.