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poderoso corazón, y, cubriéndose el rostro con el manto, el gran César cayó a los pies de la estatua de Pompeyo, que se inundó de sangre! ¡Oh, qué caída, compatriotas! ¡¡En aquel momento, yo, y vosotros y todos caímos, y la traición sangrienta triunfó sobre nosotros!! ¡Oh, ahora lloráis y percibo sentir en vosotros la impresión de la piedad! ¡Esas lágrimas son generosas! ¡Almas compasivas! ¿Por qué lloráis, cuando aun no habéis visto mas que la desgarrada vestidura de César? ¡Mirad aquí! ¡Aquí está él mismo, acribillado, como veis, por los traidores! CIUDADANO PRIMERO ¡Oh lamentable espectáculo! CIUDADANO SEGUNDO ¡Oh noble César! CIUDADANO TERCERO ¡Oh desgraciado día! CIUDADANO CUARTO ¡Oh traidores, villanos! CIUDADANO PRIMERO ¡Oh cuadro sangriento!