de amor nuestros suspiros mezclaremos,
y cual antes, mi bien, por las estrellas
as horas que transcurran contaremos.
Ay! no me hables asi! Tu voz querida
me hace daño, mi bien!
me hace daño, mi bien! Lloras, Romeo?
Di, qué tienes encanto de mi vida?
Pesar secreto en tus miradas leo!
Tú no comprendes, no!… yo te creia
sin vida ya, que exánime en la tumba
mis ojos te han mirado, vida mia!
Entonces… yo no sé!… mas he sentido
que el dolor en mi pecho penetraba,
que opreso el corazon, de muerte herido,
á pedazos, mi bien, se desgarraba,
y frenético, loco, delirante,
pues sin tí mi existencia despreciaba,
intenté…
intenté… Qué intentaste?
intenté… Qué intentaste? Vete, vete…
te aborrezco!
te aborrezco! Dios mio! que lenguaje!
No, te adoro, mas vete!
No, te adoro, mas vete! Cielo santo!
por piedad!…—desfallece!—dime, dime,
habláme!… por favor!…
habláme!… por favor!… Sufria tanto!
qué hubieras hecho, dí, mi bien querido,
si cadáver me hubieses encontrado?
Á buscarte al sepulcro hubiera ido.
Muerto hubiera tambien.
Muerto hubiera tambien. Pues yo he creido
que muerta estabas tú.
que muerta estabas tú. Justicia eterna!
Voy á morir. El corazon te adora.
Te seguiré tambien.
Te seguiré tambien. Ay! el veneno mi pecho todo abrasador devora… siento un volcan… aquí!… Dame tu mano, tu mano… por piedad! </poem>
tu mano… por piedad! Oh! yo no quiero,
yo no quiero que mueras!… lo has oido?
Debes vivir para mi dicha toda.
En el cielo, mi bien, mi bien querido,
en el cielo quizá nos hallaremos
y felices allí nos amaremos.
Ven, mi Julieta, ven, á Dios oremos!
Ay! no puedo!… Dios mio! y á dejarla
condenado me veo?… Tan hermosa!
Tan hermosa, Señor!… Piedad divina!
siento la muerte ya… ya está vecina.
Mi corazon… oh Dios!… queda… contigo…
Adios, Ju…lieta… a… dios!
Adios, Ju…lieta… a… dios! Oh! ya te sigo.
Hija mia!… perdon… yo la perdono!
no sabia, Talerm…
no sabia, Talerm… Cielos que miro!
Muertos están!
Muertos están! Misericordia eterna!
Volaron como mártires unidos
á demandar al Dios de los mortales
la palma de su santo sacrificio.