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NOTAS.
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Ulmén.— "Cada familia reconocía en uno ú otro individuo de ella, que sobresalía á los demás, una especie de superioridad, análoga á la que reconoce nuestra plebe en los nobles y hombres ricos, á quienes estos nacionales (los araucanos) llaman ulmenes, Esto lo conservan hasta hoy hereditario, y procuran que en los que la tienen, recaigan los títulos de cacique y cacique-gobernador, introducidos por los conquistadores, siguiendo la costumbre del Perú." Carvallo, Historia del reino de Chile.

Ciudad Encantada.—Léese sobre ésta en la Historia General de Chile por Don Diego Barros Arana, tomo I, pag. 403, "Obligado å detenerse durante el invierno de 1551 al otro lado de las cordilleras, Villagrán mandó hacer en esos meses una expedición á los territorios del sur. Contábase entre los conquistadores, que en aquellos lugares existía una nación más civilizada, populosa y hospitalaria, que poseía grandes riquezas en plata y oro. Estas fábulas, primer origen de la creencia en la misteriosa ciudad de los Césares que tanto preocupó la atención de los españoles durante tres siglos, eran fácilmente acogidas por la inclinación de esas gentes por todo lo maravilloso, y estimularon á Villagrán á disponer aquella campaña. Sus tropas, sin embargo, despues de soportar no penalidades y de perder muchos caballos, volvieron á Cuyo sin haber hallado la rica región de que se les hablaba.

Esta fué la primera expedición emprendida por los españoles en busca de una ciudad fabulosa que, según se contaba, existía en la extremidad austral de la América, y á la cual dieron el nombre de Césares. Ni los documentos conocidos hasta ahora, ni las crónicas dicen una palabra de los esfuerzos de Villagrán para descubrir esta ciudad encantada en 1551. Sin embargo, el hecho es exacto como pasamos á demostrarlo.

En un grueso legajo del archivo de Indias rotulado Cartas y expedientes de personas seculares del distrito de la audiencia de Chile (1547-1576), hay un expediente tramitado en 1560 por don Miguel de Avendaño y Velasco para comprobar sus servicios. Dice allí que vino a Chile con Villagrán en 1551, con quien llegó á Cuyo, después de haber atravesado