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modo que el público las pueda ver. Las armas que los araucanos usaban, eran: macanas, porras de metal, varas, de un grosor de 15 a 20 centímetros y un largor de unos cinco metros, picas larguísimas, lanzas de colihue, arcos y flechas pintadas de diferentes colores y guarnecidas de plumas, cuchillos de piedra y bronce, hachas, hondas, laques y martillos. De las mujeres que están sentadas, unas estarán hilando con huso, otras tejiendo cestos, vasos y sandalias y otras cosiendo ó confeccionando huinchas y trariloncos. Los varones tendidos en el suelo, estarán jugando con porotos, dados, palitos, etc., juegos que los araucanos llamaban quetrucún, uye, delcahue, pigcoitu, etc. El primer asiento del banco que está á la derecha, lo ocupa un guempín (poeta araucano). De los hombres que están sentados y tendidos en bancos y pellejos, algunos vestirán como los danzantes, los demás llevarán ponchos, mantas de plumas de ave ó de pellejos, camisetas de diferentes colores y ceñidas con largas fajas coloradas. De las mujeres y doncellas lagunas vestirán como las danzantes, á las demás se verá con faldas largas de vistosos colores, chamal, mantas de finísimas pieles de ave, de chinchilla y de vizcacha y guirnaldas de plumas y flores. Los niños no tienen más abrigo que unas pampanillas que les llegarán por todos lados del cuerpo de la cintura hasta poco más arriba de la rodilla. y estarán adornados de huinchas, trariloncos, guirnaldas, ramilletes de plumas y flores. Se presentarán los niños con arcos, flechas, lanzas, hondas laques, tepus y bolsas; de las niñas aparecerán algunas con algún animalito en el brazo ó de una soga á su lado. Animales que el antiguo Arauco se podían tener en las rucas, eran el pudú, el hueque, huanaco, huanque, quique, la vicuña, chinchilla, vizcacha, el tregle, el tordo, la tenca, el avestruz, etc.

Al levantarse el telón, tocarán los músicos; los jóvenes dispuestos al rededor del árbol, danzarán cantando en torno de éste al compás de la música, riéndose y departiendo alegremente. Por entre los que están sentados estarán agitándose mujeres en llenar los vasos todos, según éstos los fueren vaciando.)

(Los danzantes cantan girando al rededor del canelo:)

¡Cuán risueño el cielo!
Matas, flores y trébol
Ornan prado y hoz.
Trae perfumes el viento,
Y en árbol esbelto
Suena dulce, alegre voz.

Por guijarros verdales
Aguanosos cristales
Lleva fuente al val.
Rana canta su siesta