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Tegualda. ¿De Huechecara no oíste hablar aún, del pueblo de doncellas que á varones no consienten entre sí?

Tulcomara. ¿Un pueblo de doncellas y sin varones? Debe de ser hermoso pueblo, pero de poca duración.

Tegualda. Existe ese pueblo desde los tiempos más remotos.

Tulcomara. Y no envejecen quizá esos habitantes, exclusivamente femeninos?

Tegualda. Sí envejecen, pero queda hermosa cada una hasta el instante mismo en que súbitamente el alma se le escapa.

Tulcomara. ¿Y soy yo por ventura el primer varón que á tí se apersona?

Tegualda. ¡Oh qué candidez! Siempre venimos á esta ciudad á ver las fiestas que hay, y es costumbre en Huechecara admitir allí á varones en nuestros gollines, para dar más esplendor á estas festividades que á diversas épocas del año celebramos.

Tulcomara. ¡Ah! si yo también pudiera participar de esas celebraciones.

Tegualda. Serán fáciles de cumplir tus deseos, y los tomaré en cuenta en tiempo oportuno. Mas ahora menester es que te abandone.

Tulcomara. Gracias, mi bella niña, por la amable invitación, y puedes estar segura de que no faltaré al llamado que me hicieres. ¿Y cuáles los dones son que tú á llevar vas al ulmén?

Tegualda. La lanza ésta, la bendita que en mis manos ves, es regalo que yo para el novel ulmén tengo.

Tulcomara. ¿A esa débil caña llamas bendita? Será pues de Pillán el alma fuerte, de mágicas virtudes bien provista?

Tegualda. Bendita llámola, porque de divinas manos la obtuve y porque en realidad en si encierra esas virtudes que tú presumes.

Tulcomara. Supe de esas virtudes, pero no las conozco bien.

Tegualda. De esta caña es facultad principal, dar siempre con el blanco que el poseedor de ella ha elegido. y de volver luego á las manos del que la lanzó.

Tulcomara. Está pues en manos del propietario de esta arma la vida de todo ser viviente.

Tegualda. Una arma irreemplazable para el guerrero.

Tulcomara. En verdad que quisiera ser yo el ulmen á quien tú á agraciar te aprestas. Por tal arma daría con gasto todo cuanto mío nombro. Ese voto empero, que tú diste tocante á esta arma, no será por ventura inquebrantable.

Tegualda. No he hecho voto alguno. Es amor á la patria mera-