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Pero, como en estas circunstancias se presentase el Jeneral don MARIANO OSORIO, que venia con una fuerte espedicion del Perú, fué necesario que ámbos Jenerales chilenos se reconciliaran para defenderse del enemigo estranjero.

La defensa se organizó en la cindad de Rancagua, quedando convenido que el Jeneral O'Higgins se encerrase en la plaza de Rancagua con 1,900 hombres de su ejército.

En efecto, al clarear el dia 1.º de Octubre, los españoles atacaron a O'Higgins con 5,000 hombres, bien provistos de elementos de guerra, pero la resistencia fué tan formidable, que ya el Jeneral Osorio habia resnelto volverse al Perú. Desgraciadamente, en la noche se desertaron de las filas patriotas dos soldados que servian como espías realistas, i comunicaron al jefe enemigo que O'Higgins estaba escaso de víveres i municiones. Con estos datos se resolvió reanudar la pelea el dia signiente, con órden de apoderarse de la ciudad a sangre i fuego.

Fné en estas circunstancias cuando O'Higgins arengó a los suyos, diciéndoles: «O vivir con honor, o morir con gloria; el que sea valiente sigame». Apénas se dejó oir esta lacónica arenga, se vió que los patriotas se precipitaron como una avalancha sobre las huestes enemigas, abriéndose paso mediante la punta de sus espadas i el empuje de sus caballos.

Pocos hombres han demostrado en la guerra el valor de los defensores de Rancagua.

Desgraciadamente, despues de este sitio tan glorioso como desgraciado para las armas chilenas, vino el restablecimiento del Gobierno colonial, entrando a gobernar de hecho el Brigadier don Mariano Osorio, el 5 de Octubre de 1814. Quedaban así esterilizados los esfuerzos empleados hasta entónces para destruir la dominacion estranjera, signiéndose despues para los patriotas un prolongado martirio de crueles venganzas i persecuciones infinitas.

Al poco tiempo despues llegó a gobernar el Jeneral Marcó del Pont, un tanto mas cruel i arbitrario que Osorio; así es que, léjos de mejorar la situacion, se empeoró aun mas, entrando a dominar el despotismo mas absoluto: durante algunos años no hubo seguridad alguna para la vida i los intereses de los patriotas residentes en Chile.

Pero esta época de terror, de injusticias i de crueldades inauditas, léjos de intimidar el varonil empuje del chileno, sirvió mas bien para que se retemplara su espíritu i se decidiera a emprender las audaces i atrevidas empresas que le permitieran gozar mas tarde de los beneficios de la libertad. En efecto, los espléndidos trinnfos alcanzados en