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LA VIDA

mente recompuesto, el gusano encontraba la profunda paz que le era necesaria.


Larva del escarabajo sagrado.
Demos ahora un sumario croquis de la larva, sin detenernos en enumerar los artejos de palpos y antenas, pormenores enojosos y de poco interés en este lugar. Es un gusano corpulento, de piel fina y blanca con pálidos reflejos pizarrosos que provienen de los órganos digestivos, vistos por transparencia. Encorvado en arco roto, en forma de gancho, recuerda un poco el gusano del abejorro, pero de aspecto menos gracioso. En el lomo, en el codo brusco del gancho, los tres, cuatro y cinco segmentos del abdomen se hinchan en gibosidad enorme, como una hernia, como una bolsa tan prominente, que la piel parece a punto de romperse bajo el empuje del contenido. Como rasgo dominante diremos que el animal es jorobado.

Cabeza pequeña con relación al cuerpo, débilmente convexa, de color rojizo claro, erizada de raras pestañas pálidas. Patas bastante largas y robustas, terminadas en tarso puntiagudo. El gusano no las usa como órgano de progresión. Extraído de su concha y depositado en la mesa, se agita y se contorsiona torpemente, sin lograr desplazarse.