FELIZA 309
las diez lenguas de floridos campos que médian entre Chascomús y la Postrera—nombre de la estancia término de su viaje.
Y entregada á una alegria infantil, extasiábase ante la perspectiva de los dias de reposo que las esperaban en las rientes orillas del Salado.
Para mayor contento suyo, los enfermos en cuyo auxilio iba, habíanse restablecido, y salieron á su encuentro con todos los colonos de la estancia, que gozosos de ver á su amada patrona, entregándose á los regocijos de prolongadas fiestas, en las que figuraban Feliza y sus compañeros, organizando carreras, cacerías y pescas.
Feliza se abandonaba á estos placeres sencillos con una alegría candorosa, cuya pureza no habia podido empañar el contacto del mundo.
Artista consumada, trasladaba las melodías de su piano á la legendaria guitarra y extasíaba á sus agrestes oyentes con las sublimes creaciones de Verdi y de Bellini.
Una noche que mezclada á los grupos de campesinos, bailaba en un prado á la luz de la luna las danzas populares, en medio á una multitud de espectadores, Feliza encontró de repente, bajo el sombrero de un gaucho, la mirada tenaz de Enrique Ocampo.
¡ Adios, plácidas horas de solaz! ¡adios, campestres