330 PANORAMAS DE LA VIDA
Pascua, que será la úl tima, hasta que se cumpla en el reino de mi padre; porque mi hora ha llegado, y es necesario que os deje.
Y ellos, contristados—¿A dónde vas, Señor?—le decian—donde vayas llévanos contigo.
—Donde yo voy vosotros no podeis seguirme ahora; pero yo os prepararé el camino—respondióles él con acento de entrañable ternura. Pero hablando así, turbóse de repente; é interrumpiéndose, añadió:
—En verdad os digo, que uno de vosotros me ha de entregar en manos de mis enemigos.
Y ellos, apenados, le preguntaban uno á uno:
—Por ventura, soy yo, Maestro?
Y Pedro exclamó, en un arranque de fervoroso entusiasmo:
—Oh! Maestro! no seré sin duda yo, que, lejos de traicionarte, daré por tí mi sangre y mi alma.
—Darás por mí tu sangre y tu alma?—díjole Jesús, mirándolo con una sonrisa de inefable tristeza. En verdad te digo que antes del primer canto del gallo, me habrás negado tres veces.
En fin, tomando un trozo de pan y el cáliz de vino, hizo de ellos una celestial sustancia, y se les dió en ella para siempre añadiendo: —Haced esto en mi memoria.
Jesús, viendo que todo lo que á ese acto concernia estaba cumplido, dijo: —Basta! y recitado el Himno,