UN VIAJE ACIAGO
Siempre he creido que la fatalidad es el guia de mis pasos: los sucesos de mi vida melo han probado, al menos, de una manera cierta. Todo lo que toco queda marcado de un sello estraño; sin conciencia de ello, mi labio vierte palabras proféticas; y los séres que á mí se acercan son arrebatados porun espíritu misterioso que los eleva á las nubes, ó los hunde en los abismos: jamás los deja en las condiciones normales de la existencia. ¿Debo aplaudir ó deplorar esta facultad sobrenatural unida á mi destino ?
Así hablaba yo un dia á la bella C., mientras, sentada á sulado en un divan, tejía para ella una corona de rosas.
—La lucha es la vida, respondió la graciosa chica, sacudiendo con donaire su rizada cabellera; la lucha esla vida; y yo espero con ánsia esa mística