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278 PANORAMAS DE LA VIDA

turbulento círculo y nos referia las escenas de su vida nómada, historias portentosas que escuchábamos maravillados tendido el cuello, conteniendo el aliento, y la vista fija en la masa de blancas barbas que ocultaba la boca del narrador.

Hoy era la persecucion de un bandido que amparándose de lasselvas, emprendia una fuga aérea, sobre las copas de los árboles: mañana el terrible encuentro de un tigre, y las peripecias de la formidable lucha en que las garras de la fiera le destrozaban las espaldas, en tanto que él, puñal en mano, y el brazo hundido en las horriblesfáuces, rompíale las entrañas y la arrojaba sin vida á sus pies.

Otras veces, era la vertiginosa carrera sobre las alas de un avestruz, al travésdel espacio inmensurable de la pampa, huyendo ante las hordas salvajes, que, en numerosa falange perseguian al estraño ginete sobre sus veloces corceles, como una caceria fantástica. Otras aun, descrita con gráfica espresion, la disparada de diez mil mulas, espantadas por la aparicion de un alma en pena en las hondas gargantas de los Andes.

—Don Gerónimo—díjole, en cierta ocasion un niño —¿hasta cuando nos pasea usted por los campos? Llévenos, por su vida, á las ciudades; que es fatigoso asaz, andar de ceca en meca por montes y llanuras.

—Sí?.. Pues caballeritos, voy á conduciros á. la